¿Quiere mejorar los resultados de producción de sus aves y la higiene en sus naves avícolas? En este caso, la transición a un sistema de bebederos cerrado es un paso importante. Descubra todas las ventajas de un sistema de bebederos cerrado y los aspectos a tener en cuenta.
Tradicionalmente, los avicultores de todo el mundo han utilizado sistemas abiertos, como abrevaderos, bebederos de canal o bebederos redondos. En estos sistemas las aves beben agua estancada del recipiente abierto. En un sistema de bebederos cerrado, el agua no entra en contacto con el aire libre, desde la conexión a la fuente de agua hasta el recipiente del que beben las aves. El sistema proporciona agua cuando el animal golpea con el pico contra el niple ubicado al final del sistema de bebederos.
El agua estancada en recipientes abiertos se contamina rápidamente. Por ejemplo, por la entrada en el agua de plumas, residuos de alimentos, polvo o estiércol. Al mismo tiempo, el agua también se calienta rápidamente. En esta agua tibia y/o contaminada, las bacterias y los hongos pueden crecer fácilmente, aumentando el riesgo de enfermedades de los animales. Un sistema de agua cerrado permite mantener el agua a la temperatura adecuada y no existe riesgo de contaminación del exterior. Un agua de mayor calidad contribuye a una mejor salud de los animales. Y si es necesario administrar medicamentos, vacunas o aditivos, también es mucho más fácil con un sistema de bebederos cerrado.
El agua potable de sistemas abiertos generalmente debe cambiarse manualmente, lo cual lleva bastante tiempo. También puede pasar que no quede agua en (algunas partes de) de la nave, por lo que no todos los animales reciben suficiente agua. Esto tiene un efecto negativo directo sobre los resultados de la producción, ya sea en el crecimiento de los pollos de engorde o en la calidad de los huevos. Con un sistema de bebederos cerrado, los pollos siempre tienen acceso a suficiente agua potable. Este tipo de sistema suministra agua automáticamente y también es fácil de limpiar, lo cual permite ahorrar en los costes de mano de obra.
Cuando las aves beben el agua de un recipiente abierta, suelen derraman agua. Como resultado, la yacija se moja y existe una mayor posibilidad de que sufran lesiones en las almohadillas plantares. La yacija húmeda y el estiércol húmedo también producen mayores emisiones de amoníaco en la nave, pudiendo provocar infecciones respiratorias en los animales. Con un sistema de bebederos cerrado, se producen menos derrames de agua, ya que el niple se cierra después de que el animal haya bebido. De esta manera contribuye a un menor consumo de agua y un clima más saludable en la nave.
Un sistema de bebederos cerrado está conectado a la tubería principal de la nave. Una válvula reductora de presión reduce la presión del agua a aproximadamente 1,5 o 2 bar. El agua entra a la nave a través de varias líneas de bebederos que cuelgan de un tubo estabilizador o puntos de suspensión que se pueden operar con un cabrestante. Cada línea de bebederos tiene su propio regulador de presión, lo que permite ajustar con precisión la presión del agua de cada línea. Las líneas de agua están equipadas con niples, que liberan agua cuando el ave picotea la válvula del niple.
Ahora ya conoce las ventajas de un sistema de bebederos cerrado y cómo funciona. Si está pensando en comprar un sistema de bebederos cerrado, éstos son los principales aspectos a tener en cuenta.